Este proyecto trata sobre la continua espera en la que viven los campesinos víctimas de la violencia desde que se firmaron los acuerdos de paz entre el gobierno colombiano y las FARC en el 2016. Son dos instalaciones basadas en el paisaje de Marquetalia, cuna de las FARC. La larga noche representa el oscuro pasado del conflicto armado y el continuo amanecer simboliza la interminable espera en la que viven los campesinos.

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Ambas instalaciones surgieron de mi interés por conocer la condición actual del lugar donde nacieron las FARC, por lo que viajé a dicho lugar durante la segunda mitad del 2018. El pueblo está ubicado al sur de Tolima, en el corregimiento de Gaitania. Para llegar desde Planadas se deben cruzar montañas con caminos descubiertos durante aproximadamente 10 horas en jeep y a caballo. Esa experiencia me permitió comprender la dificultad que viven los habitantes de Marquetalia, repitiendo la misma ruta para comercializar sus productos agrícolas o acceder a servicios de salud y educación. Durante el viaje me quedé en la granja Las Brisas o La Base, donde hay trincheras y túneles construidos desde 1964. Allí viven un par de adolescentes que decidieron vivir en el campo, creyendo firmemente que allí podrían forjar un futuro mejor para sus dos hijos. Al hablar con ellos, me di cuenta de que sus vidas han tenido cambios positivos desde que se firmó el Acuerdo; sin embargo, consideran que este renacimiento se ha ralentizado por la falta de interés del Estado colombiano, lo que ha obstaculizado el desarrollo económico y social de su región.