Portales que conectan recuerdos
Indagar en el entretejido de memorias que han construido mis familiares, amigos y vecinos durante diferentes generaciones, me ha permitido comprender que los recuerdos que se solían anclar a espacios y objetos físicos en el pasado, se han ido virtualizando y desmaterializando debido a los procesos de la masificación tecnológica que hoy vivimos. Partiendo de ello, mediante mi obra intento hallar y develar portales que permiten vislumbrar las problemáticas visuales, arquitectónicas, tecnológicas, emocionales y psicosociales que definen la construcción de la memoria en mi generación. Estos aspectos me han conducido a construir instalaciones que evocan imágenes nostálgicas, producto de híbridos entre archivos, relatos, capturas fotográficas y experiencias multimediales. Son escenografías que enuncian en su recorrido los cambios en las relaciones familiares, de los espacios que las circundan, y de los aparatos que las median y las re-definen.
De esa manera, aunque en mi trabajo uso dispositivos fotográficos para capturar imágenes del cotidiano familiar e íntimo, procuro alejarme de una producción serial e inmediata. En su lugar, parto de dichas imágenes para construir experiencias visuales y espaciales que aluden a la profunda e histórica relación que este medio tiene con la pintura. Debido a ello, he recurrido a la creación de arquitecturas, trampantojos e imágenes fantasmagóricas que cuestionan la percepción del tiempo en lo observado. Son lugares silenciosos que invitan a detenerse a contemplar para meditar sobre las lógicas de la memoria. Así, las luces y colores que suelo usar adquieren un protagonismo que permite sentir en la atmósfera de los espacios los diferentes matices estéticos e identitarios investigados. Por otro lado, mediante las sombras y los reflejos del público, busco hallar algunas resonancias de los recuerdos representados en su propia memoria. De ese modo, la presencia interactiva del espectador es fundamental en mi trabajo.